.... de los cumpleaños y otros demonios
Se celebra lo que nos alegra y se conmemora lo que nos duele... Puede ser.
Se celebra lo banal y se conmemora lo trascendente... Tal vez.
Existe algo complicado en envejecer, que va más allá de tener que aceptar la evidencia de la decadencia física de la carne. Que no tiene mucho que ver con la constatación palpable, innegable, de lo efímero de la vida. Es más complicado que eso. Más complicado que aceptar las cosas que no se pueden cambiar. Complicado y feo y muchas veces ridículo y penoso. Y es que uno no se ve a si mismo. Hay un adolescente atrapado en el interior de un cuerpo a través del que mira como por las ventanas de una prisión. Ves unas manos y unas carnes que no son tuyas. No nos es evidente la edad que tenemos. Salvo cuando el cuerpo acusa dolores que nunca habíamos sentido y hasta estar acostado duele.
Pero más duele tener que refrenar a ese adolescente que esta allí adentro y recordarle todo el tiempo que ya es un viejo. Ese conquistador que pretende seguir haciendo lo que siempre hizo, porque en realidad no ha cambiado, o quizás si: con el tiempo ha mejorado. Pero el tiempo devora a sus obras. Tantos años refinando un ser y cuando esta en su mejor punto se vuelve caduco. Como decía Kundera, la vida no es más que un borrador que nunca será pasado a limpio. Nunca tendremos esa otra oportunidad: lo que fue no se puede cambiar. Sin segundas oportunidades.
Cuarenta y dos años es poco. Y es bastante. Y es demasiado. Y no es nada. Frente a un espejo no se ve tan mal. Frente a tus 24 parecen un siglo. Y sin embargo, si me miro en ti como en un espejo, simplemente no existen. En ese mágico instante desaparecen todos los años de esta y de todas las vidas. Es eso: vivir de instantes. Un instante que se desvanece en el mismo momento que tiene la pretensión, o la audacia si quieres, de durar más tiempo. Es estar en un continuo recordatorio de la realidad y, simultáneamente, en un persistente escaparse de ella. Una lucha contra mi de alguien que, desde mi interior, siempre esta diciéndome: para, ya estas muy viejo.